Declinación magnética

Uno de los instrumentos tecnológicos más antiguos de la humanidad es la brújula. Según algunas fuentes, su origen puede fijarse en China en el siglo IX de nuestra era. Su principio de funcionamiento es sencillo, consiste en una aguja imantada que se alinea con el campo magnético terrestre. La brújula, junto al sextante y los cronómetros marinos son los instrumentos que posibilitaron el desarrollo de la navegación marítima y, por ende,  el auge del comercio marítimo a lo largo de los últimos cinco siglos.

El funcionamiento de la brújula, como ya hemos visto, se basa en la existencia de un campo magnético terrestre. El campo magnético terrestre es la consecuencia del comportamiento de la tierra como un dipolo magnético. La orientación de ese dipolo magnético, es decir, el eje norte-sur del campo magnético terrestre no coincide (se separa con un ángulo de aproximadamente 11º) con el eje de rotación de la tierra. Este ángulo varía con el tiempo y se estima que, a lo largo de la historia han existido distintos eventos de reversión magnética del campo terrestre (se calcula que ocurren eventos de reversión magnética hasta unas 5 veces por cada millón de años pero con una periodicidad muy variable.